El presidente argentino Javier Milei mostró su inclinación hacia las políticas de Estados Unidos durante su discurso en la apertura del año legislativo. Una de sus declaraciones más impactantes fue el deseo de negociar un acuerdo comercial con Washington, incluso si esto significara la salida de Argentina del Mercosur, un bloque comercial que Argentina integra desde 1991 junto a Brasil, Paraguay y Uruguay. Milei criticó al Mercosur por beneficiar desproporcionadamente a grandes empresarios brasileños en detrimento de la economía argentina. Este gesto de distanciamiento hacia el Mercosur surge días antes de la firma de un acuerdo comercial entre sus miembros y la Unión Europea, lo que resalta la intención de Milei de reorientar la política exterior del país. Las críticas no quedaron allí; también anunció varias reformas en sectores clave como el sistema legal, la seguridad y la propiedad privada, así como un acuerdo inminente con el Fondo Monetario Internacional para reforzar las reservas del Banco Central.
El discurso contó con una falta notable de oposición debido a su ausencia en el Congreso en rechazo a las prácticas y decisiones del presidente, incluida la controvertida designación por decreto de dos jueces de la Corte Suprema. Este vacío permitió a Milei organizar un discurso en sus propios términos, emulando el estilo de los discursos del Estado de la Unión de Estados Unidos pero con restricciones severas a la prensa, reminiscentes de las políticas de Donald Trump. En su intervención, Milei no mencionó a Trump, pero sí destacó el apoyo de Elon Musk, a quien admira por su plan de reducción del estado burocrático. A pesar de las tensiones, Milei cerró el día con una cena con su Gabinete, excluyendo a la vicepresidenta Victoria Villarruel, consolidando así su posición de liderazgo solitario y su ruptura de relaciones políticas tradicionales.
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