La tarjeta roja, una herramienta legal diseñada para proteger a los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, ha experimentado un aumento sin precedentes en su difusión, catalizado por el regreso de Donald Trump a la presidencia y la implementación de políticas antiinmigrantes más agresivas. Creada hace casi dos décadas por el Centro de Recursos Legales para Inmigrantes, la tarjeta roja busca detener las detenciones arbitrarias, especificando derechos constitucionales cruciales como el derecho a guardar silencio y la negativa a permitir la entrada a un hogar sin orden judicial. Con mensajes claros para manejar encuentros con agentes de inmigración, la tarjeta se ha convertido en un escudo legal vital, especialmente a medida que aumentan las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Sin embargo, este recurso ha generado el descontento de algunos dirigentes, como Tom Homan, quien critica las acciones informativas que orientan a los inmigrantes sobre sus derechos.
La demanda por estas tarjetas ha alcanzado niveles históricos, con cerca de nueve millones de unidades solicitadas desde enero de este año. Organizaciones sin fines de lucro las distribuyen ampliamente en escuelas, iglesias, y centros comunitarios, lo que ha incrementado su alcance y disponibilidad. La idea original de Mark Silverman de ofrecer protección legal simple y accesible sigue resonando con una población migrante cada vez más preocupada por su seguridad y estabilidad en el país. Además, leyes y políticas gubernamentales fortalecen la necesidad de herramientas como la tarjeta roja, facilitando que los inmigrantes hagan valer sus derechos. Para aquellos que deseen adquirir o descargar la tarjeta, el Centro de Recursos Legales para Inmigrantes proporciona opciones gratuitas en su sitio web, asegurando que este recurso esencial esté al alcance de todos aquellos que lo necesiten.
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