El guitarrista Andy Summers y el baterista Stewart Copeland han llevado a cabo una acción legal en el Tribunal Superior de Londres, buscando una compensación económica de millones de euros. La demanda está dirigida contra un exmiembro de su antigua banda, cuyo nombre no ha sido revelado, y está relacionada con derechos de autor y regalías que, según Summers y Copeland, no han sido distribuidos equitativamente. Este acontecimiento ha captado la atención del mundo de la música, considerando la importante relevancia y el legado de la banda en cuestión.
La disputa refleja las complejidades y desafíos legales que enfrentan las colaboraciones artísticas, especialmente cuando se trata de bandas de éxito internacional. Tanto Summers como Copeland, conocidos por su historial en la industria musical, sostienen que se les adeudan montos significativos que afectan sus derechos financieros y creativos. Este caso subraya la importancia de acuerdos claros y justos en la gestión de derechos de autor, un tema recurrente en la música y otras industrias creativas.
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