El barco de la Marina israelí con miembros de la flotilla Global-Sumud, que intentaba llevar ayuda a Gaza, llegó al puerto de Ashdod tras ser interceptado en aguas internacionales. Unos 400 activistas, incluidos 65 españoles, fueron detenidos. Israel ha calificado la misión como una «provocación» y asegura que ninguna de las embarcaciones logró romper el bloqueo naval. Sin embargo, el barco Mikeno permanece a 11 kilómetros de Gaza, en espera de posibles acciones por parte de las fuerzas israelíes.
El ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, confirmó que los detenidos serán trasladados a la prisión de Ketziot en Beer Sheva y recibirán visitas consulares. Israel planea repatriarlos a través de vuelos chárter a Londres y Madrid. La ONG Adalah, que defiende a las minorías árabes en Israel, ofrece a los activistas la opción de firmar su deportación para evitar juicio, con la condición de no volver a Israel por 10 años. España ha anunciado que proporcionará protección diplomática a sus ciudadanos implicados.
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