Microsoft enfrenta un nuevo reto en su intento por reducir la dependencia de NVIDIA en el ámbito de la inteligencia artificial. Según una reciente publicación, el desarrollo del chip Braga, primer diseño propio de IA de la compañía, ha sufrido un retraso adicional de seis meses, posponiendo su producción en masa hasta 2026. Este contratiempo supone un retraso de seis años desde que el proyecto comenzó.
Más preocupante todavía es que los primeros resultados de rendimiento del chip Braga no son alentadores. La arquitectura de NVIDIA, Blackwell —presentada en 2024— sigue siendo el estándar de referencia para cargas de trabajo de IA, superando al nuevo diseño de Microsoft.
La motivación de Microsoft para desarrollar chips personalizados es clara: reducir su dependencia de NVIDIA, cuyos aceleradores son esenciales para el entrenamiento de grandes modelos de lenguaje. Sin embargo, a pesar de su significativa inversión en investigación y desarrollo, Microsoft todavía no ha logrado superar el dominio de NVIDIA. El alto coste, las múltiples revisiones en el diseño y la complejidad del proyecto han obligado a la empresa a ralentizar su estrategia de IA. En paralelo, Microsoft ha reducido su inversión en algunos proyectos de IA, mostrando un cambio en el entusiasmo que caracterizó al sector en los últimos tiempos.
Jensen Huang, CEO de NVIDIA, ha comentado la situación, sugiriendo que no hay necesidad de competir si NVIDIA ofrece las mejores soluciones. Estas declaraciones reflejan la confianza de NVIDIA en su liderazgo, respaldado por su rendimiento, escalabilidad y ecosistema.
A pesar del revés, Microsoft no ha desistido. El chip Braga, junto con otras iniciativas como el CPU ARM Maia 100, es parte del plan a largo plazo de Microsoft para fortalecer sus capacidades en la nube de IA, especialmente en Azure. No obstante, la gran cuestión es si Braga podrá ser competitivo en 2026, cuando NVIDIA seguramente haya avanzado aún más.
El desafío para Microsoft es desarrollar no solo un chip competitivo, sino también un ecosistema de software robusto y capacidad de producción global. Por el momento, el dominio de NVIDIA sigue sin amenaza significativa. Microsoft se encuentra en una fase crítica de su ambición por revolucionar el sector. Aunque el objetivo es claro, los retrasos y el rendimiento inferior de Braga dejan abierta la pregunta sobre su capacidad de competir efectivamente en el futuro cercano.
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