El reloj avanza inexorablemente hacia el fin de Windows 10, y Microsoft ha lanzado una nueva advertencia en el Centro de Mensajes de Microsoft 365: quedan menos de 60 días para la última actualización de seguridad oficial del sistema operativo más utilizado de la última década.
El 14 de octubre de 2025 marcará el cierre definitivo del soporte estándar para Windows 10. Desde esa fecha, cualquier vulnerabilidad quedará desprotegida, a menos que los usuarios opten por unirse al programa de Soporte Extendido (ESU).
Esta retirada de soporte será global y afectará no solo a las ediciones Home y Pro, sino también a Enterprise, Education, IoT y las versiones LTSB 2015. Ese mismo día, Microsoft lanzará una última actualización acumulativa como cierre del ciclo.
Para quienes deseen prolongar la vida de sus equipos, Microsoft ofrece varias opciones de soporte extendido: el ESU empresarial, con un costo inicial desde 60 USD, dirigido a organizaciones y educación; y el ESU individual, que incluye opciones de pago y gratuitas para usuarios particulares. Estas opciones permiten mantener el soporte hasta 2028 en el caso empresarial, y por un año renovable en las opciones individuales.
Aunque la actualización a Windows 11 es recomendada por Microsoft, muchos usuarios se enfrentan a la realidad de que sus equipos no cumplen con los requisitos de hardware, como el chip TPM 2.0. Esto ha llevado a considerar alternativas fuera del ecosistema Windows, como Winux o distribuciones amigables de Linux, que podrían marcar un despegue histórico para esta plataforma en el escritorio.
Ante la proximidad del fin de soporte, los expertos en ciberseguridad advierten sobre los riesgos de continuar con Windows 10 sin actualizaciones, alertando sobre la posibilidad de ciberataques masivos similares a los ocurridos tras la retirada de Windows XP.
El final del soporte estándar de Windows 10 plantea una serie de preguntas frecuentes. A partir del 14 de octubre de 2025, los usuarios tienen la opción de ampliar el soporte mediante ESU. Alternativas como Linux, a través de herramientas como Wine o proyectos como Winux, permiten mantener la funcionalidad de programas Windows mientras se opera en un sistema más seguro.
La transición de Windows 10 a alternativas viables exige una planificación cuidadosa para evitar riesgos de seguridad. Con la fecha límite cada vez más cerca, el momento para tomar decisiones se vuelve crucial.
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