La creciente demanda energética de los centros de datos, alimentada por avances en inteligencia artificial y la expansión de la digitalización global, ha puesto en relieve la necesidad de soluciones innovadoras como los microreactores nucleares. Amazon y Google, líderes del sector tecnológico, ya están explorando estas opciones para adoptar una infraestructura energética más sostenible y autónoma.
El exponencial crecimiento del procesamiento de datos, impulsado por la IA, los servicios en la nube y el Internet de las Cosas, ejerce una presión considerable sobre las redes eléctricas convencionales. La Agencia Internacional de la Energía advierte que, sin medidas de eficiencia o fuentes energéticas sostenibles, los centros de datos podrían consumir hasta el 8% de la electricidad mundial para 2030.
En respuesta a este desafío, resurge el interés por la energía nuclear, especialmente en forma de microreactores. Estos pequeños reactores nucleares modulares ofrecen una respuesta autónoma a las necesidades energéticas de los centros de datos, minimizando el impacto ambiental y reduciendo la dependencia de la red eléctrica pública.
Amazon ha iniciado acuerdos estratégicos para desarrollar estos microreactores, con el objetivo de alimentar sus centros de datos con energía nuclear libre de emisiones a medio plazo. Google, por su parte, ha adquirido derechos sobre reactores desarrollados por Kairos Power, planeando generar hasta 500 MW de electricidad nuclear para sus instalaciones en Estados Unidos antes de 2030.
Este movimiento hacia lo nuclear no es fortuito. Según expertos, la energía nuclear en centros de datos combina fiabilidad, bajas emisiones de carbono y previsibilidad de costes, ofreciendo estabilidad incluso donde las energías renovables no garantizan constancia.
En Texas, la startup Last Energy proyecta construir 30 microreactores cerca de Abilene, cada uno con una capacidad de 20 megavatios. Estos podrían alimentar centros de datos medianos de manera constante, gracias a su diseño modular que permite una rápida fabricación y despliegue.
Sin embargo, la implementación de microreactores enfrenta desafíos significativos. Los procesos de licenciamiento nuclear son complejos y la percepción pública acerca de la energía nuclear sigue siendo un obstáculo. A pesar de los avances en seguridad, persisten temores históricos. Además, aunque prometen ser más económicos a largo plazo, los costes iniciales son elevados.
A pesar de los retos, las grandes tecnológicas están decididas a avanzar. Este interés responde no solo a una cuestión energética, sino también a objetivos de soberanía operativa, reputación corporativa y estrategia a largo plazo. Gobiernos, como el de Estados Unidos, están apoyando esta transición con inversiones en tecnologías de microreactores.
La digitalización global ha transformado los centros de datos en infraestructuras críticas que requieren soluciones energéticas sostenibles. La energía nuclear, en su forma miniaturizada, ofrece una combinación única de limpieza, constancia y alta densidad, esencial para sustentar la revolución tecnológica sin comprometer el futuro del planeta. Con avances tecnológicos e inversiones ya en curso, los microreactores nucleares se perfilan como un componente integral del suministro energético de la próxima década.
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