En un acto que simboliza la resiliencia y el orgullo de la comunidad mexicana en Estados Unidos, más de 72,000 aficionados, predominantemente mexicanos, llenaron el estadio NRG en Texas para presenciar el clásico de Norteamérica: México contra Estados Unidos. En un contexto de tensiones migratorias intensificadas por las políticas de Donald Trump, ondear la bandera mexicana se convierte en un acto de resistencia. Con una ajustada victoria 2-1, México se adjudicó la Copa Oro, reafirmando su dominio en la región. Este logro es crucial para la selección, que se prepara para la Copa del Mundo de 2026, la cual tendrá un especial significado al jugarse frente a una multitud de compatriotas en México, Estados Unidos y Canadá.
Javier Aguirre, al mando de la selección, ha revivido al equipo tras la decepción del Mundial de Qatar 2022. Aguirre, ahora en su tercera etapa como técnico, ha implementado un enfoque más crítico y exigente con sus jugadores, buscando evitar los errores del pasado. En el partido, después de un gol temprano de Estados Unidos, México logró revertir la situación con anotaciones de Raúl Jiménez y un decisivo Edson Álvarez, cuyo gol fue validado por el VAR. La victoria, además de reafirmar el talento y la fortaleza del equipo, representa un alivio para los mexicanos en EE.UU., quienes continúan apoyando a su selección a pesar de las adversidades. Con este triunfo, México fortalece su camino hacia el Mundial de 2026, esperando repetir los éxitos recientes en futuros torneos.
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