La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha reiterado constantemente a Donald Trump que, aunque están dispuestos a discutir diversos temas y negociar en varios frentes, la soberanía de México no es negociable. Esta postura firme subraya el ejercicio autónomo del poder dentro de la nación, sin injerencias extranjeras, un principio que México defiende con determinación. La historia ha dejado a México alerta ante cualquier intento de intervención externa tras repetidas experiencias de interferencia foránea. Sheinbaum enfatiza que el respeto a la soberanía incluye la protección de los ciudadanos mexicanos, estén en su patria o en el extranjero, un ámbito donde los recientes eventos en los consulados mexicanos en Estados Unidos han puesto a prueba la capacidad del gobierno para resguardar esta autonomía.
Los desafíos en los consulados han modificado la noción de soberanía, al exponer situaciones que podrían avergonzar al Gobierno de Sheinbaum. Estas circunstancias subrayan la urgencia de una respuesta firme para rectificar posibles fallas de protección hacia los ciudadanos mexicanos en el extranjero. En este contexto, el gobierno mexicano podría estar evaluando medidas para fortalecer su presencia consular y garantizar que la dignidad y derechos de sus ciudadanos estén plenamente salvaguardados, reafirmando así su compromiso con la soberanía nacional en todos los frentes, especialmente frente a administraciones extranjeras que pueden no reconocer esta prioridad.
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