Mark Zuckerberg ha anunciado una transformación radical en la infraestructura tecnológica de Meta, orientada a sostener la próxima generación de inteligencia artificial. La compañía está en proceso de construir clústeres de computación masivos, capaces de gestionar cargas de trabajo a una escala sin precedentes. Destaca el proyecto «Hyperion», que podría alcanzar los 5 gigavatios de consumo energético, colocándolo entre los centros de datos más grandes del mundo, comparable en tamaño a gran parte de Manhattan.
Meta ha adoptado un enfoque innovador al optar por centros de datos tipo “tented”, prescindiendo de techos tradicionales en favor de estructuras tipo tienda que facilitan una construcción rápida y económica. Estos centros utilizarán módulos prefabricados para energía y refrigeración, agilizando su despliegue. Con subestaciones propias y generación de gas natural in situ, como las centrales de 200 MW en Ohio, Meta busca hacerlo en tiempo récord.
La empresa no ha captado tanto interés con sus modelos de lenguaje Llama, en comparación con OpenAI, pero apunta a ser el proveedor líder de capacidad computacional en inteligencia artificial. Zuckerberg afirmó que «Meta Superintelligence Labs tendrá los mayores niveles de computación por investigador del sector». Este enfoque estratégico evoca la táctica de compañías como Amazon, que lideran en infraestructura.
El centro de datos Prometheus, operativo en 2026, y Hyperion, con un futuro consumo energético de 5.000 megavatios, representan pasos significativos en esta dirección. Para visualizar: esto es equivalente al consumo de más de 4 millones de hogares europeos, o el 80% de la demanda energética de Madrid en un día medio.
Meta ya avanza en otros proyectos de larga duración, todos diseñados para operar con cargas intensivas de IA, optimizando refrigeración, distribución eléctrica y densidad de procesamiento.
A pesar de la falta de un modelo de negocio rentable en este ámbito, Meta se une a la carrera global por el control de la infraestructura que definirá el futuro de la inteligencia artificial. La compañía parece dispuesta a asumir el riesgo y no dejarse estar en esta competida carrera tecnológica. Aunque el resultado es incierto, lo que es claro es que Meta ha declarado una guerra contra el tiempo, construyendo su futuro desde cero.
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