Meta, el coloso tecnológico, ha experimentado un significativo aumento en el consumo eléctrico de sus centros de datos durante 2023, impulsado por la creciente demanda de infraestructura para el desarrollo de inteligencia artificial (IA).
Según el último informe de sostenibilidad de la compañía, el uso de electricidad en los centros de datos de Meta alcanzó los 14.975.435 MWh, representando un incremento del 34% respecto al año anterior. Este aumento se debe principalmente a la expansión de las operaciones en el campo de la IA.
De los casi 15 millones de megavatios-hora (MWh) consumidos, 2.187.020 MWh corresponden a instalaciones arrendadas, lo que representa un aumento del 97% en comparación con 2022. Este dato subraya la estrategia de Meta de expandir rápidamente su capacidad de procesamiento mediante el uso de infraestructuras de terceros.
Entre las 16 instalaciones propias de Meta, el campus de Prineville, Oregón, se destacó como el mayor consumidor de electricidad con 1.375.321 MWh. Le siguen las instalaciones de Altoona, Iowa, con 1.243.306 MWh, y Sarpy, Nebraska, con 1.148.091 MWh.
A pesar del aumento en el consumo total, Meta mantiene su compromiso con la eficiencia energética. La compañía informa que el 100% de la electricidad utilizada proviene de fuentes de energía renovable, aunque esto se logra principalmente a través de acuerdos de compra de energía (PPA) y certificados de energía renovable (REC).
En relación al consumo de agua, Meta reporta un aumento del 7% en la extracción total, alcanzando los 3.881 megalitros. No obstante, la empresa destaca mejoras en algunas localizaciones como Altoona, Clonee, Odense y Prineville, donde el uso de agua se redujo.
Meta anticipa un aumento en los costos de capital durante el próximo año, a medida que continúa desarrollando su infraestructura para la IA generativa. La empresa también está implementando nuevas tecnologías de enfriamiento en sus centros de datos más recientes, con el objetivo de minimizar el uso de agua en estas instalaciones.
El crecimiento en el consumo energético refleja la decidida apuesta de Meta por liderar el campo de la inteligencia artificial, un sector que exige una infraestructura cada vez más robusta y eficiente.