El gigante tecnológico Meta ha dado inicio al entrenamiento de sus modelos de inteligencia artificial generativa en Europa, aprovechando el contenido público compartido por usuarios adultos en plataformas como Facebook e Instagram. Esta decisión, efectiva desde el 15 de abril de 2025, destaca un avance significativo en el desarrollo de sus sistemas de IA, con importantes repercusiones para la infraestructura cloud y la gobernanza de datos.
El procedimiento incluye la utilización de publicaciones y comentarios públicos generados en la UE, además de las consultas realizadas a Meta AI, un asistente basado en inteligencia artificial generativa que está siendo desplegado gradualmente en el continente después de su lanzamiento en aplicaciones de mensajería como Messenger, WhatsApp y Facebook.
Desde un enfoque técnico, Meta busca mejorar sus modelos lingüísticos mediante un acceso constante a vastas cantidades de datos textuales. Estos datos ayudarán a perfeccionar la comprensión de dialectos locales, expresiones culturales y referencias sociales específicas, un área en la que el uso de contenido público resulta esencial. Aunque el método no es una novedad en la industria, pues empresas como OpenAI y Google han efectuado pasos similares, Meta ha procedido bajo un contexto regulatorio más exigente. En 2024, la compañía había pospuesto el entrenamiento en Europa a la espera de una evaluación por parte de los reguladores. Tras recibir una opinión favorable del Comité Europeo de Protección de Datos, la empresa reactivó su plan en coordinación con la Comisión de Protección de Datos de Irlanda.
La conformidad regulatoria de Meta se fundamenta en que el entrenamiento no incluye mensajes privados ni contenido de menores. Además, los usuarios europeos cuentan con un formulario para oponerse al uso de sus datos públicos en el entrenamiento, evidenciando el esfuerzo por cumplir con estrictas normas de protección de datos.
El anuncio pone de relieve también un aspecto crucial: la infraestructura cloud necesaria para soportar estas operaciones. Entrenar un modelo de lenguaje a gran escala utilizando información de millones de usuarios exige capacidades de almacenamiento avanzadas, redes de baja latencia, procesamiento distribuido y el cumplimiento riguroso de políticas de localización de datos. El enfoque de entrenamiento multimodal —involucrando texto, imagen, vídeo y audio— requiere de clústeres GPU especializados y sistemas de almacenamiento de alto rendimiento que satisfagan las exigencias de baja latencia y alta fiabilidad. Además, los sistemas de anonimización, trazabilidad y versionado de datos son esenciales para enfrentar auditorías o solicitudes de eliminación bajo la normativa vigente.
Este movimiento de Meta resalta la creciente interdependencia entre las infraestructuras cloud y el contenido generado por los usuarios, convertido en un activo estratégico para el desarrollo de modelos fundacionales. No obstante, reabre el debate sobre la soberanía tecnológica y la gestión ética de los datos. A pesar de la inversión en centros de datos eficientes y la construcción de redes interconectadas, la materia prima de las IA sigue siendo el contenido del usuario, quienes pueden no ser plenamente conscientes de su reutilización.
La dependencia europea de plataformas tecnológicas estadounidenses plantea desafíos competitivos y regulatorios para proveedores cloud e infraestructuras locales. Aunque Meta asegura el cumplimiento normativo mediante robustos sistemas de gobernanza, la situación subraya la necesidad de desarrollar una estrategia de IA soberana en Europa que contemple no solo la tecnología en sí, sino también la gestión de los datos que nutren estos modelos.
Meta vislumbra una tendencia que se expandirá en los próximos meses: el entrenamiento de IA con datos públicos regionalizados para ofrecer experiencias personalizadas y locales. No obstante, la transformación exige un análisis técnico y ético sobre su ejecución y garantías. Las infraestructuras cloud, así como los proveedores asociados, tendrán un rol esencial para asegurar que la innovación en inteligencia artificial respete los derechos digitales y la soberanía tecnológica del continente.
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