La bodega Mestres, con sede en Sant Sadurní d’Anoia, enfrenta desafíos considerables debido a la grave sequía que afecta la región, comprometiendo la producción de uva de variedades icónicas como parellada y xarel·lo. Este golpe climático se suma a la rica historia de la bodega, cuyos orígenes datan de 1312 y que desde 1925 ha estado enfocada en la producción de vinos espumosos. Jaume Vial, director comercial, destaca la estratégica ubicación de algunos viñedos en suelos calcáreos, más resistentes a las sequías, a diferencia de los suelos arcillosos de otras tierras bajo su gestión. La bodega, que casi desaparece en los noventa, fue salvada por la familia, liderada en ese entonces por Joan Aura, quien rescató la empresa durante un momento crítico.
En los últimos años, Mestres ha apostado por un nicho en la alta restauración, ajustando su producción anual de 150,000 botellas para enfocarse en la calidad y la prolongada crianza en cava. La decisión de no distribuir en supermercados y centrar sus ventas en tiendas especializadas ha formado parte de una ambiciosa estrategia de rebranding bajo la gestión de Jaume Vial, quien promete aumentar la facturación a pesar de los desafíos climáticos. Con el 80% de su producción consumida en España y exportaciones a 22 países, Mestres busca consolidar su marca en mercados internacionales. David Aura, parte de la nueva generación de la familia, ve oportunidades en la política arancelaria global, especialmente en Estados Unidos, anticipando un futuro donde la bodega pueda tomar posiciones ventajosas en el mercado mundial de vinos espumosos.
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