En la segunda jornada de la pasarela madrileña, la moda española reafirmó su identidad sin necesidad de recurrir a influencias extranjeras para destacar en el ámbito de la alta costura. Isabel Sanchís, procedente de Valencia, demostró su maestría indiscutible, logrando que el público se levantara de sus asientos en una ovación espontánea. Su colección, que fusiona tradición y modernidad, dejó claro que la moda española tiene una voz potente y distintiva en el escenario internacional.
La propuesta de Sanchís destacó por su creatividad y su impecable ejecución, elevando la pasarela madrileña a nuevas alturas de prestigio. A través de siluetas elegantes y detalles meticulosamente trabajados, la diseñadora mostró que la artesanía y el diseño de calidad son el alma de su trabajo. Los asistentes, deslumbrados por la presentación, confirmaron que la moda española no necesita afrancesarse para brillar y competir en el exigente mundo de la alta costura.
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