Las principales bolsas del mundo han comenzado el mes de abril con un desplome histórico, reviviendo los oscuros momentos de la crisis de 2020. Wall Street cerró el viernes pasado su peor semana en un lustro, y los futuros de este lunes anticipan un descenso adicional de hasta 4,7%. El epicentro de este pánico bursátil es la guerra comercial desatada por Estados Unidos y las contundentes represalias de China.
El presidente Donald Trump encendió la mecha el pasado miércoles durante el denominado «Día de la Liberación», al anunciar un nuevo paquete de aranceles del 10% sobre las importaciones de todos los países con los que EE. UU. mantiene un déficit comercial, destacando a China, su mayor socio deficitario. «No permitiré más que perdamos con China», declaró Trump en la cadena NBC. Estos aranceles entrarán en vigor el 9 de abril sin excepciones, ni prórrogas, según confirmaron desde la Casa Blanca.
Pekín no tardó en responder. El viernes, el Gobierno chino impuso un arancel del 34% a todos los productos importados de Estados Unidos, afectando sectores estratégicos como el agrícola, tecnológico y automotriz. Además, insinuó la posibilidad de restringir el suministro de tierras raras, vitales para la industria tecnológica y militar estadounidense.
El impacto se reflejó con brutalidad en los mercados. El Dow Jones se desplomó un 5,50%, el S&P 500 un 5,97%, y el Nasdaq un 5,82% solo el viernes pasado. La pérdida semanal es abrumadora: el índice tecnológico cayó más de un 10%, mientras que el S&P perdió un 9,08% y el Dow 7,86%. En apenas dos sesiones, se han esfumado más de 6,4 billones de dólares en capitalización bursátil, según Bloomberg.
Los futuros de este lunes no son prometedores: el Nasdaq anticipa una caída del 4,7%, el S&P 500 del 3,6% y el Dow Jones del 2,6%. El eco de este colapso alcanzó a las bolsas asiáticas. Japón vio como el Nikkei se redujo un 6,9%, el Hang Seng de Hong Kong cayó un 11%, y el Shanghai Composite bajó un 7,5%. El Kospi surcoreano retrocedió un 4,74%, y la Bolsa de India también abrió con pérdidas superiores al 5%.
El impacto en sectores clave ha sido notable. Compañías tecnológicas como Apple, Nvidia y Tesla están a la cabeza de las pérdidas, acompañadas por gigantes bancarios como JPMorgan y Morgan Stanley. El crudo no se ha librado del nerviosismo y cotiza a la baja, con el Brent a 63,43 dólares y el West Texas a 59,90 dólares. La rentabilidad del bono a 10 años estadounidense ha caído por debajo del 4%, reflejando una clara búsqueda de refugio ante la inestabilidad.
Los temores por una nueva recesión global han hecho sonar las alarmas en los principales organismos internacionales. El FMI ya advirtió que esta guerra comercial podría recortar las previsiones de crecimiento mundial para 2025. Líderes europeos han pedido a Trump negociar para evitar una recesión causada por esta cadena de represalias arancelarias.
Desde la Casa Blanca, se defienden las medidas arancelarias como necesarias para «recuperar la soberanía económica». Sin embargo, analistas y economistas advierten sobre sus potenciales costos. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, señaló que el impacto podría ser más profundo de lo calculado y ha descartado cualquier reducción de los tipos de interés a corto plazo como medida de paliar el golpe.
Con una semana de pocos datos macroeconómicos significativos, y a la espera del informe del IPC de marzo y el inicio de la temporada de resultados empresariales, los inversores aguardan con inquietud los próximos pasos en esta tensa relación comercial entre Washington y Pekín. La estrategia de la Casa Blanca, catalogada como «medicina», está provocando severos efectos secundarios en los mercados financieros, y su evolución dependerá de si la escalada arancelaria se detiene o no.