La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha decidido retirar la querella interpuesta contra el historiador Luciano Canfora, quien la había calificado de «neonazi en el ánimo» durante una charla en 2022. Este acto judicial había continuado hasta la fecha, a pesar del cambio de Meloni de la oposición al poder ejecutivo. Canfora, conocido por su trabajo como filólogo e historiador del mundo clásico, defendió su declaración argumentando que «neonazi» es una categorización política, no un insulto. La decisión de Meloni de retirar la demanda llega poco antes de que el juicio tuviera lugar, aunque Canfora todavía debe aceptar formalmente la retirada para que la causa sea archivada. Este incidente se enmarca en una serie de acciones legales emprendidas por Meloni y su administración contra críticos e intelectuales, de las cuales el caso de Canfora es solamente uno de varios ejemplos.
No es un hecho aislado; Meloni y su equipo han mostrado disposición a llevar a los tribunales a quienes consideran que cuestionan o critican su gobierno. Recientemente, el escritor Roberto Saviano fue también sentenciado a pagar una multa tras ser acusado de difamación por sus comentarios críticos hacia Meloni en 2020. A estas disputas se suma la acusación de manipulación y censura en la televisión pública RAI, apodada «TeleMeloni», por trabajadores que denuncian una supuesta interferencia gubernamental en su contenido informativo. Mientras tanto, se observa un creciente malestar entre figuras culturales y literarias ante las decisiones del gobierno de Meloni, como lo demuestra el debate en torno a la participación de escritores italianos en eventos internacionales. Estas tensiones han llamado la atención de la Comisión Europea, que ha expresado su preocupación por la libertad de prensa e independencia de los medios en Italia, subrayando los retos y conflictos actuales bajo el liderazgo de Meloni.
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