Los abogados de la primera dama se preparan para presentar una demanda de 1.000 millones de dólares en compensación si el segundo hijo del ex presidente no se retracta de sus declaraciones recientes. Estas declaraciones han sido catalogadas como difamatorias y perjudiciales para la imagen y reputación de la primera dama. El equipo legal ha señalado que sus acusaciones son infundadas y han exigido una disculpa pública inmediata para evitar acciones legales. Este conflicto ha captado la atención mediática y ha generado un debate sobre los límites de la libertad de expresión y las responsabilidades asociadas con declaraciones públicas de figuras políticas.
El segundo hijo del ex mandatario, conocido por sus comentarios polémicos, enfrenta una creciente presión. A pesar del potencial de una demanda millonaria, no ha mostrado indicios de querer retractarse hasta el momento, manteniendo su postura respecto a sus declaraciones. Este choque legal amenaza con convertirse en una batalla prolongada en los tribunales, con implicaciones significativas para ambas partes. Mientras tanto, el público y los analistas políticos observan de cerca, conscientes de que el resultado podría sentar un precedente importante respecto al manejo de disputas legales entre figuras de alto perfil en el ámbito político y social.
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