Este viernes, la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, junto a la concejala de Arganzuela, Lola Navarro, ha realizado una visita al entorno remodelado del Colegio Menéndez Pelayo, marcando la finalización de un ambicioso proyecto destinado a mejorar la seguridad y accesibilidad del área. Con una inversión que se aproxima al millón de euros, los trabajos llevados a cabo en una extensión de 4.768 metros cuadrados han transformado fundamentalmente las calles Murcia y Rafael de Riego.
El proyecto, que busca fomentar un espacio urbano más inclusivo y amigable con el ambiente, ha reconfigurado la distribución del espacio viario, priorizando el uso peatonal. Antes de la intervención, la proporción de espacio dedicada a peatones era del 48 %, frente al 52 % destinado a vehículos. Ahora, los peatones cuentan con un generoso 75 % del espacio, permitiendo que las calles funcionen como una extensión natural del patio escolar y áreas comunes del entorno más seguro.
Uno de los aspectos destacados de la remodelación ha sido la peatonalización de parte de la calle Murcia, que ahora cuenta con un paseo central adornado con parterres y áreas de descanso, diseñado para ser una extensión natural del espacio escolar. En la calle Rafael de Riego, los nuevos diseños han reducido el ancho de los carriles y han modificado el trazado para controlar la velocidad del tráfico, sin eliminar las áreas de aparcamiento existentes.
La intervención también ha introducido elementos de uso comunitario y recreativo, como una cama elástica, zonas de juegos con semiesferas de caucho, y un balancín, además de un proyecto piloto con nebulizadores de agua para mitigar los efectos del calor en verano. Se ha incrementado la vegetación con la plantación de ocho nuevos árboles y aproximadamente 6.100 plantas, mejorando la calidad ambiental del entorno.
Este esfuerzo de renovaciones es parte del programa más amplio del Ayuntamiento de Madrid que, bajo la dirección del alcalde José Luis Martínez-Almeida, se lanzó en 2020 con el objetivo de mejorar los accesos a centros educativos. Hasta ahora, se han beneficiado 348 entornos escolares en la capital, mediante iniciativas que mejoran la seguridad vial, la accesibilidad, y la calidad ambiental. La colaboración con diferentes direcciones generales del Área de Urbanismo y Medio Ambiente ha sido crucial para la materialización de estos proyectos, adaptando cada intervención a las necesidades específicas de su entorno.
El enfoque del programa es holístico, abordando tanto la renovación de aceras y vías peatonales como la reordenación de accesos e intersecciones, siempre con la eliminación de barreras arquitectónicas como prioridad. Además, las actuaciones se diseñan tras un estudio detallado de cada entorno escolar, asegurando que cada solución esté ajustada a las características singulares de la zona. Este proceso continuo incluye un diálogo constante con las direcciones de los centros educativos y las asociaciones de padres y madres, garantizando que las necesidades de la comunidad sean escuchadas y atendidas.