En el reciente partido entre Las Palmas y Barcelona, el arbitraje volvió a estar en el centro de la atención debido a una situación inusual manejada por el árbitro Cordero Vega y el equipo de VAR. Durante el encuentro, se revisó una jugada a través del VAR por un posible penalti de Eric García, que finalmente fue invalidado por un fuera de juego previo. Sin embargo, en lugar de seguir el protocolo estándar que dicta señalar el fuera de juego directamente, el árbitro acudió a revisar la acción en el monitor, algo que no era necesario y que generó desconcierto entre jugadores, técnicos y aficionados. Diego Martínez, entrenador de Las Palmas, enfrentó al colegiado al final del partido en busca de explicaciones sobre la decisión de detener el juego para una revisión aparentemente innecesaria.
Lo curioso del caso fue la justificación de Cordero Vega, quien afirmó haber actuado así «para que la gente lo sepa», sugiriendo que había una intención de transparencia en el proceso, aunque esto contradice el protocolo oficial de la FIFA. La situación reveló inconsistencias en el manejo del VAR, especialmente desde que Medina Cantalejo adoptó un enfoque propio en el Comité Técnico de Árbitros (CTA), alejándose de las normativas internacionales. Esta controversia refuerza las críticas hacia la gestión y aplicación del VAR en España, poniendo en evidencia la necesidad de clarificar los criterios y procedimientos para no dejar lugar a dudas ni suspicacias entre los implicados y el público.
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