La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos ha alcanzado un acuerdo significativo con la empresa Evolv, tras acusaciones de publicidad engañosa acerca de su tecnología de «detección de armas». Evolv, cuya tecnología está presente en escuelas, estaciones de metro y estadios, ha sido señalada por la FTC de presentar de manera engañosa su producto como un avance tecnológico, cuando en realidad actúa de manera similar a un detector de metales convencional.
La FTC sostiene que Evolv, a lo largo del tiempo, ha estado promocionando su producto, llamado Express, como una solución innovadora capaz de detectar armas. Sin embargo, el dispositivo se limita a identificar objetos metálicos, una función comparable a la de un detector de metales regular. Esta discrepancia ha llevado a instituciones, como un distrito escolar en Kentucky, a invertir millones en tecnología prometiendo más de lo que realmente ofrece, con costos significativamente superiores a los detectores tradicionales.
Como parte del acuerdo alcanzado, la FTC ha ordenado que Evolv notifique a las instituciones educativas que utilizan su tecnología sobre su derecho a cancelar los contratos. Además, la empresa tiene prohibido hacer futuras declaraciones acerca de la capacidad de su tecnología para detectar armas, su eficacia o precisión comparada con detectores de metales, así como afirmaciones sobre tasas de falsas alarmas o la rapidez de escaneo.
El caso ha puesto bajo escrutinio a la tecnología de detección basada en inteligencia artificial, cuestionándose su efectividad real. Por ejemplo, las pruebas de Evolv en el sistema de metro de Nueva York, llevadas a cabo entre julio y octubre, evidenciaron 118 falsas alarmas de un total de 2,749 escaneos, recuperando solamente doce cuchillos y ninguna arma de fuego. Estos resultados subrayan las preocupaciones sobre el uso de tecnología poco confiable en la seguridad pública.
Las falsas alarmas, en particular, han levantado inquietudes sobre las potenciales situaciones peligrosas que podrían desencadenar, al alertar de manera errónea a las autoridades sobre amenazas inexistentes. Las escuelas y otras instituciones deben ser precavidas al considerar tecnologías nuevas, asegurándose de que sean respaldadas por datos y pruebas efectivas, a fin de evitar situaciones contraproducentes.
La acción de la FTC ha sido bien recibida como un paso firme para frenar el avance de tecnologías de seguridad que no cumplen con lo prometido. El organismo busca proteger a las instituciones y al público de quedar atrapados en promesas desmesuradas y costos innecesarios asociados a productos que no ofrecen la seguridad esperada.