El 24 de junio de 2021, una trabajadora humanitaria madrileña de 35 años y sus compañeros etíopes, Tedros Gebremariam (31) y Yohannes Halefom (32), fueron brutalmente asesinados mientras viajaban en coche por la región de Tigré, al norte de Etiopía. Este trágico incidente ocurrió en el contexto de un intenso conflicto armado que asola la región desde finales de 2020, enfrentando al gobierno etíope y sus aliados contra el Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF). La situación en Tigré se ha deteriorado drásticamente, con denuncias de violaciones de derechos humanos, desplazamientos masivos y una crisis humanitaria en aumento.
Las víctimas trabajaban en operaciones humanitarias vitales para la región, devastada por la guerra y la hambruna. La comunidad internacional ha condenado estos asesinatos y ha hecho reiterados llamados al cese de hostilidades y al acceso sin restricciones para las organizaciones humanitarias. Sin embargo, la falta de progreso en las negociaciones ha impedido una solución pacífica, dejando a millones de personas en situación de extrema vulnerabilidad. La muerte de estos trabajadores resalta los peligros enfrentados por aquellos que intentan brindar asistencia en zonas de conflicto, y refuerza la urgencia de proteger a los civiles atrapados en la violencia.
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