Conor McGregor, a pesar de estar mayormente retirado de las artes marciales mixtas (MMA), continúa siendo una figura activa y polémica en las redes sociales. Recientemente, el irlandés no se ha guardado comentarios hacia sus competidores, dirigiéndose a Ilia Topuria, Islam Makhachev y Khabib Nurmagomedov como «pequeñas infecciones de estafilococos». Fiel a su estilo provocador, McGregor ha destacado que acumuló 19 victorias por nocaut, superando la suma de nocauts de sus tres rivales mencionados. Aunque han pasado años desde que el excampeón formó parte de la élite de las MMA, sigue reivindicándose como el mejor luchador de todos los tiempos, argumentando con estadísticas favorables mientras ignora otras métricas como sumisiones o defensas de títulos, facetas en las que nunca destacó.
Más allá del octágono, McGregor atraviesa un periodo complejo en su vida personal y profesional. Recientemente ha sido sentenciado en un caso de violación, un hecho que contrasta con su éxito en la liga de boxeo a puño limpio, BKFC. En el ámbito político, McGregor ha mostrado interés al reunirse con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. En dicha reunión, ambos compartieron elogios, con McGregor alabando la ética de trabajo de Trump, calificándola de «fuente de inspiración», mientras que Trump describió al irlandés como «fantástico». La reunión subraya una convergencia ideológica entre ambas personalidades, conocida tanto por su naturaleza mediática como por sus movimientos en los círculos de poder.
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