En un emocionante encuentro celebrado en el estadio del Alavés, el equipo visitante se llevó la victoria por 0-1 gracias a un decisivo gol de Eduardo Camavinga. El partido estuvo marcado por la tensión y la intensa lucha en el centro del campo, donde Camavinga supo imponerse y generar la diferencia necesaria para inclinar la balanza a favor de su equipo. A pesar de varios intentos del Alavés por igualar el marcador, la defensa visitante se mantuvo sólida y supo gestionar el partido hasta el pitido final del árbitro.
Sin embargo, la polémica surgió a raíz de una brutal entrada del delantero del equipo ganador sobre el jugador del Alavés, Antonio Blanco. Este incidente dejó al público expectante sobre las consecuencias disciplinarias que podría acarrear para el infractor, especialmente en vista de la próxima final contra el Barcelona. Según las regulaciones vigentes, solo una sanción de más de cuatro partidos podría impedir su participación en el crucial enfrentamiento, un debate que ahora se cierne sobre las autoridades del fútbol y que será seguido con gran interés por aficionados y analistas deportivos.
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