El presidente de la Comunidad Valenciana ha logrado el respaldo de Santiago Abascal, líder de Vox, en un movimiento que ha causado revuelo en el panorama político. Se trata del primer presidente autonómico del Partido Popular en restablecer relaciones con Vox tras la ruptura en 2024. Este apoyo se produce en un momento crítico para su liderazgo, mientras la oposición de izquierda critica duramente lo que consideran un intento del mandatario de aferrarse al poder a pesar de su creciente impopularidad. Los analistas señalan que el realineamiento con Vox podría tener implicaciones significativas para la gobernabilidad en la región y fortalecer la posición del presidente en un entorno político tenso.
La izquierda ha respondido rápidamente, acusando al presidente de buscar su «blindaje» político en medio de una situación que describen como «carbonizada» debido a su gestión. Las críticas van desde la falta de transparencia hasta la inacción en temas clave, lo que ha generado un clima de descontento entre sus opositores. Mientras tanto, el apoyo de Vox ha sido visto por algunos como un intento de consolidar una alianza estratégica que podría tener repercusiones en otras comunidades autónomas. Este acontecimiento subraya una coyuntura política volátil en la que las dinámicas internas entre los partidos de derecha y las respuestas de la oposición podrían definir el rumbo futuro de la comunidad valenciana.
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