El narcotraficante Ismael «El Mayo» Zambada ha admitido su culpabilidad en una corte de Nueva York por cargos de conspiración y dirección de una empresa delictiva para importar y distribuir drogas en Estados Unidos, bajo las disposiciones de la Ley RICO. La declaración de culpabilidad viene con un acuerdo que evita la pena de muerte, siguiendo la línea de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán. Zambada alega que fue traicionado y entregado a las autoridades estadounidenses por los herederos de «El Chapo», lo que ha intensificado una violenta disputa interna en el Cartel de Sinaloa, causando decenas de muertes y afectaciones económicas en la región.
La estrategia de Zambada cambió radicalmente tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía de Estados Unidos. Inicialmente, había solicitado ser repatriado a México para evitar la pena de muerte. Sin embargo, con la retirada de este riesgo, accedió a aceptar parte de los cargos, mientras otros delitos más graves quedaban fuera del juicio. Estas negociaciones plantean interrogantes sobre los beneficios que Washington pretende obtener, dado que Zambada ha sido un objetivo prioritario en la lucha antidrogas durante años. En México, persiste el temor de que pueda proporcionar información comprometedora sobre altos funcionarios.
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