En un esfuerzo por preservar la seguridad y eficiencia en los hogares durante la temporada de frío, especialistas en seguridad doméstica han emitido nuevas advertencias sobre el uso de cortinas en combinación con radiadores. La principal preocupación radica en el potencial riesgo de incendio que representan las cortinas cortas instaladas sobre sistemas de calefacción, una práctica que podría convertirse en un peligro con la llegada del invierno.
Los radiadores, cuya función es irradiar calor, operan de manera óptima cuando el aire circula libremente. La presencia de cortinas que no cubren hasta el suelo puede obstruir esta circulación, favoreciendo un aumento de temperatura en la tela. Elena Martínez, especialista en seguridad, señala que “una cortina que no cuelga hasta el suelo crea un espacio donde el calor se acumula, lo que aumenta el riesgo de ignición”.
El problema no se limita solo a la seguridad. La eficiencia energética de un hogar puede verse comprometida por el uso inapropiado de cortinas. Al obstruir la circulación del aire, los sistemas de calefacción deben esforzarse más para mantener temperaturas agradables, lo que no solo incrementa las facturas de electricidad, sino que también acelera el desgaste de los aparatos.
Para mitigar estos riesgos, los expertos aconsejan el uso de cortinas largas que lleguen hasta el suelo. «Las cortinas deben estar diseñadas para dejar suficiente espacio alrededor del radiador, permitiendo que el calor se disperse uniformemente por la habitación», sugiere Martínez.
Con el invierno a la vuelta de la esquina, es fundamental que los propietarios reconsideren sus decisiones de decoración, priorizando tanto la estética como la seguridad y la eficiencia energética. Adoptar estas medidas no solo puede prevenir accidentes, sino también promover un uso más sostenible de la energía en los hogares.