La Justicia italiana ha absuelto al vicepresidente del Gobierno y ministro de Transporte, Matteo Salvini, de los cargos por los que se le acusaba de negar el desembarco de 147 migrantes rescatados por la ONG española Open Arms en 2019. La decisión ha sido tomada por el tribunal de Palermo tras ocho horas de deliberación, después de que la Fiscalía hubiese solicitado una condena de seis años de prisión para el político. Este caso, que se ha convertido en un símbolo de la política de ‘puertos cerrados’ que Salvini imponía durante su mandato como ministro del Interior, ha generado un debate en torno a los límites de acción de un ministro en la gestión de migraciones y la legalidad de sus decisiones, las cuales eran defendidas por Salvini como necesarias para proteger al país de la inmigración irregular.
Desde hace más de una década, Matteo Salvini ha sido uno de los rostros más duros de la política italiana contra la inmigración irregular, generando amigos y enemigos a partes iguales. Esta postura le permitió escalar posiciones rápidamente dentro de la política italiana, reinventando la Liga Norte como un partido ultraderechista que pasó a llamarse simplemente Liga. A pesar de perder popularidad ante el ascenso de indiscutibles figuras como Giorgia Meloni, Salvini ha mantenido su influencia y sigue siendo un actor relevante en la arena política. Tras la absolución en el caso Open Arms, Salvini ha reforzado su narrativa de que fue víctima de un juicio político, mientras que ya sueña con recuperar el apoyo del electorado de cara al futuro.
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