El Teatro de La Abadía fue hoy el escenario de la celebración del 30º aniversario del Consorcio de Rehabilitación y Equipamiento de Teatros, una colaboración tripartita entre el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid y el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM). El evento contó con la presencia destacada de Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deporte, quien subrayó la importancia de este consorcio en el fortalecimiento del panorama cultural madrileño.
En su discurso, Rivera de la Cruz resaltó el esfuerzo conjunto que ha permitido destinar más de 18,5 millones de euros a lo largo de estos 30 años. Esta inversión ha beneficiado a más de 60 teatros y salas de artes escénicas, volviéndose esenciales para la vida cultural de la ciudad. «Celebramos haber actuado en más de 60 teatros y salas de artes escénicas, imprescindibles para la salud de la cultura madrileña», manifestó la delegada, destacando el impacto de las mejoras introducidas en estas instalaciones.
El consorcio, que recibe una financiación anual de 125.000 euros por parte de cada uno de sus miembros, se encarga de financiar obras de rehabilitación, así como mejoras de instalaciones y equipamientos. Además, busca asegurar la accesibilidad y seguridad de los espacios culturales. Las aportaciones no solo se destinan a teatros consolidados, sino también a pequeñas salas, diversificando así la oferta cultural y permitiendo una mayor inclusión de espacios emergentes.
«Es un ejemplo de colaboración entre las tres administraciones fundamentales para la cultura de la ciudad de Madrid, que ha resistido los cambios políticos», afirmó Rivera de la Cruz. Este esfuerzo conjunto se traduce en un aumento de la afluencia de público y un enriquecimiento de la vida cultural de Madrid, lo cual también incrementa su atractivo turístico. La labor del consorcio garantiza que la ciudad siga siendo un referente cultural en España y más allá.
El aniversario fue una oportunidad para reflexionar sobre los logros alcanzados y renovar el compromiso de las administraciones involucradas en seguir apostando por el teatro y las artes escénicas. El acto, cargado de simbolismo, no solo celebró tres décadas de colaboración fructífera, sino que también proyectó un futuro prometedor para las artes escénicas en Madrid.