Marruecos ha retomado sus relaciones diplomáticas con Israel pese a la ola de protestas en el reino por la ofensiva israelí en Gaza. A pesar de las controversiales declaraciones del primer ministro Benjamin Netanyahu, que han irritado a Rabat al negar la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, la oficina israelí en Marruecos reabrió y renovó sus actividades. La delegación es encabezada por David Govrin, involucrado en escándalos de conducta impropia y corrupción. La normalización de estos lazos ha generado una fuerte oposición interna y acusa al gobierno marroquí de participar en «el genocidio de Gaza», reflejando una situación interna tensa en medio de políticas de represión.
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