En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y comerciales, Marruecos ha optado por reforzar su relación con Israel al adquirir el sistema de artillería Atmos 2000 de la empresa israelí Elbit Systems, en lugar del sistema francés Caesar. Este movimiento subraya la alianza militar estratégica que Rabat mantiene con Tel Aviv, pese a la desaprobación popular dentro del propio Marruecos. La adquisición, que supone un refuerzo significativo de las capacidades militares marroquíes, se produce en un momento de fragilidad del alto el fuego en la Franja de Gaza, donde el conflicto persiste y las tensiones entre Israel y Hamás no se han disipado. A su vez, el acuerdo incrementa la rivalidad armamentística con Argelia, otro actor clave en la región del Magreb.
El acuerdo ha intensificado el descontento de los activistas marroquíes, que desde 2023 exigen la ruptura de los lazos con Israel, una relación que fue formalizada en 2020 en el marco de los Acuerdos de Abraham impulsados por la administración Trump. Aunque el gobierno marroquí defiende estas transacciones como parte de sus políticas de defensa, la oposición local sostiene que contradicen el apoyo tradicional marroquí a la causa palestina. Se suma a la polémica el supuesto plan de Trump para desplazar a palestinos de Gaza a Marruecos, en caso de que Egipto y Jordania se nieguen a recibirlos, lo que exacerba aún más las tensiones internas y las acusaciones sobre la complicidad de Marruecos con políticas consideradas contrarias al derecho internacional y a los valores defendidos por gran parte de su población.
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