En la Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD), la diplomacia marroquí recibió un varapalo significativo. En el cierre del evento, un intento de agresión de un delegado marroquí contra un diplomático saharaui culminó con la reafirmación del derecho de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) a participar como miembro de pleno derecho de la Unión Africana. El comunicado final subrayó que Rabat fue el único país en oponerse a este reconocimiento. La ministra de Asuntos Exteriores de Japón, Yoko Kamikawa, reiteró la igualdad de todos los miembros presentes. El incidente provocó críticas y destacó el aislamiento de Marruecos en la reunión, además de enfatizar la necesidad de respetar el derecho internacional.
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