El Gran Estadio Hassan II de Casablanca, Marruecos, se perfila como un ambicioso proyecto destinado a convertirse en el escenario de la final del Mundial de Fútbol 2030. Así lo afirmó Tarik Oualalou, arquitecto principal del estadio, en una reciente entrevista. La propuesta marroquí compite de cerca con los renombrados Bernabéu y Camp Nou en España, tras recibir una valoración técnica de 4,3 por parte de la FIFA, al igual que sus rivales españoles. Diseñado por los estudios de arquitectura Oualalou + Choi y Populous, el estadio se imagina como el más grande del mundo, con capacidad para 115.000 espectadores, superando el requisito FIFA de 80.000 asientos para partidos inaugurales y finales.
Con una inversión de 5.000 millones de dirhams (aproximadamente 459 millones de euros), el estadio comenzará a levantarse en las afueras de Casablanca, a 38 kilómetros de la ciudad. Esta ubicación estratégica se presenta como una ventaja sobre los estadios españoles, situados en los centros urbanos. La infraestructura promete ser de última generación y contará con un diseño inspirado en la tradicional reunión social marroquí conocida como «moussem». A la par de ofrecer tecnología de punta para jugadores, espectadores y medios, confía en persuadir a la FIFA para albergar la final del campeonato, pese a la competencia de estadios icónicos como el Bernabéu y el Camp Nou.
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