Las tensiones diplomáticas entre España y Marruecos se han intensificado tras la decisión del Gobierno español de denegar la escala en Algeciras a dos buques de la naviera Maersk, sospechosos de transportar armamento hacia Israel, en medio de un embargo de facto por la guerra en Gaza. El buque Maersk Denver, al que se le prohibió atracar previamente en Algeciras, fue recibido en el puerto marroquí de Tanger Med, mientras organizaciones locales protestaban en contra de su presencia. Por otro lado, el Maersk Seletar, cuya escala en España también fue rechazada, parece mantener su rumbo hacia el Estrecho de Gibraltar, dejando incertidumbres sobre su posible llegada a Algeciras según datos de VesselFinder. Mientras tanto, el grupo naviero Maersk ha desmentido categóricamente que las cargas a bordo de estos barcos contengan armamento para uso militar.
La relación entre Marruecos e Israel es compleja, caracterizada por una serie de contradicciones internas en el reino magrebí. A pesar de una creciente alianza militar, Marruecos enfrenta críticas de diversos sectores que consideran las escalas de embarcaciones israelíes como una participación en los conflictos de Gaza. El paso del buque de guerra israelí Komemiyut por el puerto de Tanger Med generó acusaciones de «participación en genocidio,» reflejando el descontento de ciertas organizaciones locales y su deseo de que Marruecos adopte una postura similar a la de España al prohibir escalas de buques destinados a Israel. No obstante, el fortalecimiento de las relaciones marroquí-israelíes se ha robustecido, como demuestra la compra de un satélite espía y la firma de acuerdos de cooperación militar y de seguridad, en el contexto de los Acuerdos de Abraham impulsados por Estados Unidos.
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