La inteligencia artificial generativa está revolucionando el campo de la historia, un área en la que su influencia parecía improbable hasta hace poco. La historiadora y filósofa australiana Marnie Hughes-Warrington ha estado investigando el impacto de la IA en esta disciplina desde mucho antes de la popularización de herramientas como ChatGPT. En 2019, un robot pasó un examen en Japón con un ensayo histórico, lo que despertó su interés. Hoy, observa cómo la inteligencia artificial no solo modela nuestra percepción del pasado, sino que también participa activamente en la creación de narrativas sobre nuestra época, como ocurrió con un reciente vídeo del Real Zaragoza que combinaba archivo y algoritmos. Hughes-Warrington ha publicado un libro titulado «Artificial Historians», donde reflexiona sobre estas transformaciones.
En entrevista, Hughes-Warrington señala que la mayoría de las historias actuales ya no son narradas por humanos, sino por las tecnologías que utilizamos a diario, desde nuestras fotos hasta cookies de navegación. La IA podría transformar estas pequeñas narraciones personales en contenidos que reflejan nuestros intereses culturales. No obstante, la historiadora advierte sobre la necesidad de mejorar la lógica temporal de los algoritmos para construir cronologías coherentes. También existe la preocupación sobre la confianza que depositamos en estas herramientas sintéticas, que tienden a presentar información con seguridad y sin matices, lo que contrasta con la cautela habitual de los historiadores. Aunque la IA abre nuevas posibilidades para la creación y democratización de historias, Hughes-Warrington insta a reflexionar sobre el rumbo que el campo de la historia está tomando y si estamos seguros de querer seguir este camino impulsado por la tecnología.
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