El Partido Liberal de Canadá ha elegido a Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, como nuevo líder para suceder a Justin Trudeau. Esta decisión marca el inicio de una nueva era para la política canadiense. Trudeau, tras nueve años en el poder, anunció su dimisión en enero debido a la caída de su popularidad y a las pugnas internas dentro de su partido. Carney, que venció en la contienda interna destacando entre otras figuras prominentes como Chrystia Freeland y Frank Baylis, ahora enfrenta el desafío de liderar al Partido Liberal y al Gobierno, en un momento complejo caracterizado por las tensiones arancelarias con Estados Unidos, iniciadas por el expresidente Donald Trump. Este contexto económico complicado será la prueba de fuego para Carney, quien tendrá que trabajar en la consolidación de su liderazgo y la unidad del partido mientras prepara al país para unas inminentes elecciones.
Con más de 400,000 liberales participando en la votación, Carney se impuso gracias a su ventaja en encuestas y apoyos dentro del partido. Ahora, con las tensiones comerciales en alza y los aranceles al acero y aluminio listos para entrar en vigor, el gobierno tiene que maniobrar hábilmente para proteger los intereses económicos de Canadá. Una posible convocatoria a elecciones anticipadas podría ser una estrategia de Carney para capitalizar el impulso positivo tras su elección. Mientras tanto, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, ha ajustado su enfoque para confrontar las relaciones deterioradas con Washington y presentar una postura patriótica ante el electorado. En este contexto, la dirección que tome Carney al enfrentarse a estas tensiones definirá no solo su mandato, sino también el futuro político de Canadá en los próximos meses.
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