La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha desvelado un paquete ambicioso de 55 medidas centradas en mejorar la protección y seguridad de la ciudad, en especial mediante el Plan de Infraestructuras Críticas 2026-2031. Con 120 millones de euros asignados, el plan busca hacer de Valencia la primera gran urbe europea autosuficiente en suministro de agua potable en situaciones de emergencia. Este proyecto incluye la expansión de la red de baja presión, la instalación de macro-grupos electrógenos en plantas potabilizadoras, así como la construcción de nuevos pozos y plantas dentro de la ciudad. Asimismo, se implementarán nuevas cámaras de vigilancia y sistemas de alerta para monitorizar los niveles de agua en el río Turia, junto con mejoras tecnológicas para preparar a los servicios esenciales frente a apagones.
Además de las infraestructuras, Catalá ha señalado un refuerzo en los servicios de seguridad con la incorporación de 144 bomberos y 50 policías locales, y un aumento en la plantilla de la Unidad de Seguridad, Apoyo y Prevención. En cuanto a movilidad, se lanzará un Proyecto Piloto de semaforización en carriles bici y la innovadora tarjeta MovimEMT. La alcaldesa persigue también la reducción de impuestos con rebajas significativas en el IBI y plusvalías, y anuncia medidas sociales como la gratuidad del Servicio de Ayuda a Domicilio y el incremento del cheque bebé. Finalmente, se impulsará la vivienda con la creación de la Agencia del Alquiler para movilizar propiedades vacantes, y se mejorarán el Jardín de Turia y la gestión de residuos con nuevos contratos de limpieza y mobiliario.
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