La presidenta de Extremadura enfrenta el reto de gestionar la región con las cuentas prorrogadas para este ejercicio, una situación que genera incertidumbre económica y política. Ante esta coyuntura, ha manifestado su firme intención de no permitir que Extremadura quede paralizada, subrayando que la región no puede estar supeditada a los cálculos políticos. La falta de un presupuesto actualizado complica la planificación estratégica y puede afectar negativamente en áreas clave como la inversión pública y los servicios esenciales.
En declaraciones recientes, la mandataria extremeña hizo hincapié en que la comunidad necesita estabilidad para avanzar y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La prórroga de las cuentas es vista como un obstáculo que puede limitar el crecimiento y desarrollo regional, y su administración está enfocada en buscar soluciones viables que permitan mantener en marcha los proyectos esenciales. Con un llamado a la responsabilidad, la presidenta pide a todos los actores políticos que prioricen el bienestar de Extremadura sobre las tácticas partidistas.
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