María Corina Machado ha emergido del anonimato este jueves en Caracas, recobrando protagonismo tras cuatro meses de estar escondida de la persecución del régimen chavista. La líder opositora encabezó una protesta multitudinaria en contra de la pretendida investidura de Nicolás Maduro, que según la oposición se proclama presidente sin legitimidad al no presentar actas electorales. La jornada estuvo marcada por confusos incidentes, entre ellos su detención temporal por las fuerzas de seguridad que interrumpieron con disparos el trayecto de la moto en la que viajaba, deteniéndola momentáneamente antes de ser liberada. Los relatos sobre lo sucedido son contradictorios, ya que mientras un alto funcionario niega dicha detención, representantes de derechos humanos y su equipo confirman que Machado fue obligada a grabar vídeos durante su retención.
El ambiente en Caracas permanece tenso a escasas horas de la controvertida juramentación de Maduro, con la oposición liderada por Edmundo González, quien reclama la victoria electoral, y denuncia las maniobras del oficialismo. El chavismo ha incrementado la presencia policial y militar en la capital y reforzado las fronteras del país, como medida preventiva ante posibles movimientos opositores. Este contexto de incertidumbre se ve amplificado por pronunciamientos a nivel internacional que condenan las acciones del Gobierno venezolano. Figuras como los expresidentes colombianos Álvaro Uribe e Iván Duque, y el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, han reclamado la liberación de Machado y denunciado el «secuestro» como un atentado contra los derechos democráticos, pidiendo incluso la intervención del Tribunal Penal Internacional. El saldo de la disputa política intensificada por estos eventos refleja un país en vilo, cargado de tensiones internas y externas en un entramado complejo que aún busca resolución.
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