Su Candela, conocida por su icónico papel en «Mujeres al borde de un ataque de nervios» de Pedro Almodóvar, se convirtió en un símbolo de la movida madrileña de los años 80. Con su característico humor y energía, Candela capturó la esencia de una época marcada por la transición cultural y social de España, cuando el país abrazaba la modernidad y rompía con el pasado. Su fascinación por temas tan específicos como los chiítas añadía una dimensión única a su personalidad mediática, destacándose como una figura intrigante en un tiempo de efervescencia artística y política.
A lo largo de las décadas siguientes, tanto la vida de Candela como el propio país han enfrentado numerosos desafíos. Sin embargo, su capacidad para resurgir en medio de la adversidad la ha mantenido como una constante en el panorama cultural español. Su resiliencia refleja la evolución de España, que ha sabido adaptarse y superar crisis con determinación. Candela sigue siendo una fuente de inspiración, demostrando que el espíritu de los felices 80 aún pervive en quienes luchan por reinventarse a pesar de las turbulencias.
Leer noticia completa en El Mundo.


