En el corazón del distrito madrileño de Vicálvaro, el Centro Deportivo Municipal Margot Moles se prepara para convertirse en el punto de partida de una odisea ciclista sin igual. Este 30 de mayo, más de cien valientes ciclistas emprenderán un desafiante viaje: recorrer 700 kilómetros hasta Barcelona, enfrentándose a un desnivel acumulado de más de 7.000 metros en un lapso máximo de 50 horas.
La quinta edición del evento «Madrid to Barcelona», organizada por PedAlma con el respaldo de la Junta Municipal de Vicálvaro, es un tributo al espíritu de autosuficiencia y conexión con la naturaleza. A diferencia de otras competiciones, los participantes no cuentan con asistencia en su travesía: son ellos quienes deben gestionar sus propias paradas, descansos e hidratación hasta llegar a la Ciudad Condal.
Para evitar aglomeraciones, la salida se divide en tres turnos a partir de las 10:30 de la mañana. Antes, los ciclistas darán una vuelta por la icónica pista azul del polideportivo, preparándose para el extenso y variado recorrido que los espera. Desde las pintorescas localidades de Brihuega y el Valle del Río Mesa, hasta los vestigios históricos de Daroca y Belchite, el trayecto ofrece un collage de paisajes rurales, montañosos y casi desérticos. Los desafíos no solo vendrán de las interminables horas en ruta, sino también de las condiciones climáticas cambiantes y encuentros imprevistos con la fauna local.
La esencia de «Madrid to Barcelona» reside en el reto personal y la búsqueda de superación. No se trata solo de una prueba física, sino de una experiencia de autoaprendizaje. Los ciclistas exploran sus límites, enfrentándose a la soledad y a la dureza del recorrido, pero también encuentran en el camino compañerismo y una conexión profunda con el entorno natural.
En el material visual recopilado de la edición de 2024, se plasma la magnitud de esta aventura: desde las imágenes impresionantes del paisaje hasta las emotivas historias que acompañan cada pedalada. Cada participante lleva consigo el recuerdo de esta experiencia única que, sin duda, deja una huella imborrable.
Fuente: Diario.Madrid.es San Blas – Vicálvaro