En el comienzo de su primera gira por Oriente Próximo, el nuevo secretario de Estado de Estados Unidos ha iniciado una firme campaña diplomática que identifica a Irán como el principal agente de desestabilización y violencia en la región. El funcionario subrayó la urgencia de impedir que Irán adquiera armas nucleares, describiendo su potencial armamentístico como una amenaza significativa no solo para la paz regional, sino también para la seguridad global. El secretario enfatizó que la política estadounidense en torno a Irán se centrará en la contención y el diálogo con sus aliados regionales para contrarrestar las acciones iraníes que, según él, propician el conflicto y la discordia.
Durante su visita, el secretario se reunió con líderes clave en Oriente Próximo, incluidos aquellos de países tradicionalmente alineados con Estados Unidos en sus políticas anti-iraníes. En sus conversaciones, reafirmó el compromiso de la administración estadounidense de trabajar en estrecha colaboración con estos aliados para construir un frente unido que contrarreste las actividades malignas de Irán. Asimismo, la gira del secretario de Estado busca revitalizar las alianzas estratégicas en la región, con el objetivo de reforzar la estabilidad y fomentar un entorno que promueva la paz y la cooperación internacional frente a las tensiones geopolíticas persistentes.
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