El Gobierno de España aclaró que, por el momento, no tiene intenciones de llamar a consultas a su embajadora en Israel, a pesar de las crecientes tensiones diplomáticas. Esta decisión se enmarca en un contexto de complejidad geopolítica donde las relaciones entre ambos países se han visto desafíadas. Sin embargo, fuentes oficiales indican que se está evaluando un amplio abanico de opciones para abordar la situación de manera efectiva. La Embajada sigue operando con normalidad mientras se analizan los siguientes pasos diplomáticos a tomar, en un esfuerzo por mantener la estabilidad y la buena relación bilateral.
El ministro sugirió un cambio de enfoque en la respuesta del Gobierno ante la actual crisis, enfatizando que «el tiempo de las palabras, de las peticiones y de las declaraciones, quedó atrás». Esto señala un posible endurecimiento en la postura española, al considerar que es momento de acciones concretas para enfrentar los desafíos actuales. Se revisan todas las posibilidades de acción, pero sin confirmar ninguna nueva medida específica. Esta postura sugiere una estrategia enfocada en la cautela y en la búsqueda de soluciones que garanticen tanto la seguridad como los intereses de España en la región.
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