La administración de Trump ha decidido implementar restricciones significativas a la entrada de estudiantes provenientes de China, una medida que busca reforzar la seguridad nacional. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció que el Gobierno estadounidense comenzará a revocar los visados de aquellos estudiantes que tengan vínculos con el Partido Comunista Chino o que se encuentren en campos de estudio considerados estratégicos. Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio para priorizar los intereses estadounidenses en el contexto de tensiones crecientes con el gigante asiático.
En un comunicado titulado «Las nuevas políticas de visados ponen a EE UU primero, no a China», Rubio subrayó la colaboración entre el Departamento de Estado y el de Seguridad Nacional para llevar a cabo esta revisión. Se indicó que todas las solicitudes futuras de visado desde la República Popular de China y Hong Kong serán sometidas a un escrutinio más riguroso, intensificando así el control sobre la entrada de estudiantes y buscando minimizar los riesgos asociados a la influencia del Partido Comunista Chino en las universidades estadounidenses.
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