En un reciente pronunciamiento, el exsenador cubanoamericano reafirmó su postura firme respecto a la situación de los repatriados venezolanos. Durante una conferencia, enfatizó la obligación que tiene Caracas de aceptar a los ciudadanos venezolanos que regresan a su país, destacando que esta responsabilidad no es un tema abierto a debate ni a negociación. El exsenador subrayó que las obligaciones internacionales en materia de repatriación deben cumplirse estrictamente y descartó cualquier posibilidad de que Venezuela reciba algún tipo de concesión o recompensa por cumplir con esta norma.
El contexto de sus declaraciones se enmarca en una creciente presión internacional sobre el gobierno venezolano para que colabore con el retorno ordenado de sus ciudadanos desde diferentes países. La insistencia del exsenador refleja la preocupación de diversos actores políticos por asegurar que los procedimientos de repatriación se lleven a cabo de manera efectiva y sin obstáculos. Estas palabras también resonaron en un momento en que las relaciones diplomáticas en la región están en un estado de alta sensibilidad, y donde el cumplimiento de los compromisos internacionales es crucial para evitar tensiones adicionales.
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