El primer ministro de Rumania, Marcel Ciolacu, ha obtenido una victoria parcial en las elecciones presidenciales con el 25% de los votos, según las encuestas a pie de urna. Sin embargo, no logrando superar el umbral necesario del 50% para evitar una segunda vuelta, competirá el próximo 8 de diciembre contra Elena Lasconi, quien obtuvo el 18% de los votos. La carrera electoral también estuvo marcada por el decepcionante desempeño del candidato extremista George Simion, quien cayó al cuarto puesto con 15% del apoyo, mientras que Calin Georgescu y el veterano Nicolae Ciuca ocuparon el tercer y quinto lugar respectivamente. Ciolacu, de 56 años, dirige un partido que combina posturas populistas de derecha con ideas de izquierda en asuntos sociales y económicos, lo que le ha permitido consolidar su influencia en regiones rurales del país.
El panorama político de Rumania está en transformación, con un giro hacia el nacionalismo reflejado en los resultados recientes. La participación de Simion en una posible segunda vuelta hubiera podido alterar la estrategia geopolítica del país, considerando su postura neutral respecto a la OTAN y su oposición a la ayuda militar a Ucrania. Por otro lado, Elena Lasconi, alcaldesa y antigua periodista, emerge como una amenaza para Ciolacu, recordando el éxito del presidente saliente Klaus Iohannis, que consiguió el cargo tras quedar segundo en la primera ronda. Lasconi espera aprovechar el alto índice de participación de la diáspora rumana, ahora más crucial que nunca, para lograr una remontada histórica en la segunda vuelta de las elecciones.
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