Las aplicaciones de mensajería cifrada, como Signal y WhatsApp, se han convertido en baluartes esenciales en la protección de la privacidad digital. Aunque aseguran que las conversaciones permanecen fuera del alcance incluso de las empresas que proporcionan estas plataformas, surge un punto crítico en la ecuación de la seguridad: la gestión de las copias de seguridad.
El cifrado de extremo a extremo garantiza que solo remitente y destinatario puedan acceder al contenido de un mensaje. Sin embargo, una vez enviado, la historia cambia si se hacen capturas de pantalla o se guardan chats en dispositivos o en la nube. Estas copias de seguridad, muchas veces, carecen del mismo nivel de protección, lo que expone a los usuarios a potenciales accesos no autorizados, incluidos los por parte de las autoridades legales.
Signal adopta un enfoque estricto al no permitir copias de seguridad en la nube, promoviendo solo respaldos manuales. Esta medida, aunque protege la privacidad, significa que ante una pérdida de dispositivo, los mensajes podrían desaparecer para siempre. Por el contrario, WhatsApp permite almacenar chats en Google Drive o iCloud, y ofrece cifrado de extremo a extremo para estos backups, aunque requiere que el usuario gestione contraseñas o claves de seguridad.
Por su parte, iMessage implementa cifrado, aunque no siempre refleja estas medidas en las copias de seguridad de iCloud. Apple ha introducido una función de Protección de Datos Avanzada, que ofrece cifrado para backups, aunque su disponibilidad es limitada geográficamente.
Además, Google Messages ofrece cifrado en las conversaciones internas, pero su posible opción de cifrado para respaldos aún no está oficialmente desplegada. Esto deja en evidencia que, para que las copias de seguridad sean verdaderamente seguras, es necesario que todos los participantes en una conversación activen las opciones de cifrado disponibles.
Los respaldos son valiosos por diversas razones, pero no sin riesgos. Para quienes valoran al máximo la privacidad, aplicaciones como WhatsApp y Signal cuentan con características de mensajes que desaparecen, lo que puede ser una estrategia eficaz para mantener la confidencialidad, aunque no todos los servicios ofrecen esta función.
El uso consciente de las opciones de copia de seguridad y el cifrado de extremo a extremo sigue siendo un dilema de privacidad cada vez más relevante. Es un recordatorio constante de que, aun utilizando aplicaciones cifradas, la seguridad depende de la correcta gestión de los datos almacenados y de las medidas que los usuarios decidan tomar.