La reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha dejado un rastro de devastación en Málaga y otras partes de Andalucía. Aunque las alertas rojas dispararon el temor inicial, la rápida acción de las autoridades al ordenar el teletrabajo y la suspensión de clases logró que los daños fuesen solo materiales. En Málaga, las labores de limpieza se concentran en calles anegadas y el retiro de escombros en Alhaurín de la Torre y Monda. Benamargosa, uno de los municipios más afectados, experimentó el desbordamiento del río, inundando propiedades y servicios. Los vecinos, sin embargo, respiraron aliviados ante la ausencia de víctimas mortales, reconociendo que «nos ha salvado Valencia», como manifestó uno de ellos, refiriéndose a que la situación podría haber sido peor si la DANA no hubiera afectado a otra región primero.
Mientras, la Agencia Estatal de Meteorología mantenía un aviso amarillo en la comarca de Ronda y un aviso naranja en Sevilla y Cádiz conforme el temporal se desplazaba. Actos de evacuación preventiva tuvieron lugar, especialmente en San Roque y Jimena de la Frontera, donde una crecida atrapó a seis personas en un tejado. En Huelva, se esperaba recuperar la normalidad a medianoche. El dispositivo de emergencia, que incluyó hasta 4.000 efectivos de seguridad, atendió más de un millar de incidencias, concentradas principalmente en Málaga. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, confirmó un regreso paulatino a la normalidad en servicios esenciales y el restablecimiento de las conexiones ferroviarias entre Málaga y Madrid, aunque persistían interrupciones en otros transportes y en las clases, las cuales reiniciarían su actividad más adelante.
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