Durante un reciente discurso, el líder chavista criticó duramente a la primera ministra de Trinidad y Tobago, acusándola de impulsar un conflicto al permitir la entrada de un buque en el país insular. Según sus declaraciones, la mandataria fue calificada como «alcahueta» y se le atribuyeron debilidades personales, físicas, mentales y morales que, según él, la llevan a fomentar tensiones bélicas en la región.
Estas declaraciones se enmarcan en un contexto de creciente tensión entre ambos países, con el líder venezolano destacando la influencia negativa de la primera ministra en la seguridad regional. La retórica empleada subraya el deterioro de las relaciones diplomáticas y resalta las acusaciones constantes de que la política interna de Trinidad y Tobago contribuye a desestabilizar la región.
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