En una transmisión reciente de su programa semanal de televisión, el presentador realizó comentarios polémicos dirigidos hacia la figura de la líder opositora, a quien se refirió de manera despectiva como «la reina paraca» (paramilitar). Este episodio ha generado un profundo debate en el ámbito político y en los medios de comunicación, ya que no solo se involucró en una crítica personal que roza la difamación, sino que también se presentó como amigo del monarca español, el Rey Felipe VI. Sus declaraciones, ampliamente difundidas, han sido vistas por muchos como un intento de desacreditar a sus adversarios políticos, utilizando términos que evocan connotaciones negativas y buscando crear una imagen controvertida de la líder opositora.
El impacto de las afirmaciones del presentador no se limitó a lo nacional, sino que trascendió a nivel internacional, suscitando una variedad de reacciones en el espectro político y en la opinión pública. La gravedad del asunto se incrementa al considerar el contexto de sus palabras y la relación que intentó vincular con la realeza española, lo que llevó a cuestionamientos sobre la imparcialidad y las motivaciones detrás de sus declaraciones. Aunque todavía no hay una respuesta oficial del entorno del Rey Felipe VI, este incidente subraya las tensiones crecientes en la arena política y mediática, siendo objeto de un intenso escrutinio y debates sobre los límites del discurso político y la ética en los medios de comunicación.
Leer noticia completa en El Mundo.