En la actual edición de la Vuelta, las protestas propalestinas han marcado el recorrido por tierras españolas. Durante la etapa de Vegadeo a Monforte de Lemos, manifestantes ondearon banderas palestinas y corearon consignas contra la participación del equipo Israel Premier-Tech, relacionado con figuras políticas israelíes. A pesar de la presencia policial que impidió interrupciones durante el inicio de la etapa, incidentes a lo largo del camino destacaron la tensión del evento, como la caída del ciclista Javier Romo, quien sufrió un accidente al intentar esquivar a un manifestante. Mads Pedersen finalmente se consagró como ganador al sprint en un contexto donde la política y el deporte se entrelazaron.
La carrera se ha transformado en un escenario de reivindicación política, con activistas propalestinos buscando visibilidad durante las etapas. Este contexto político ha generado frustración entre los ciclistas, que enfrentan parones y alteraciones en su práctica profesional. Un incidente notable ocurrió cuando activistas hackearon la frecuencia de Radio Vuelta, interrumpiendo la transmisión con consignas a favor de Palestina. Estas manifestaciones reflejan el descontento por la presencia de un equipo asociado con intereses israelíes, incitando a organizaciones como la Rede Galega Pola Palestina a exigir boicots deportivos. Pese a las medidas del Israel Premier-Tech de eliminar referencias nacionales en sus equipos, las tensiones continúan, potenciadas por el creciente protagonismo de las protestas en cada etapa.
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